Diputación de Sevilla 1500 m.l. (1985)

7 de marzo de 2015

Hola a todos, hace mucho tiempo que no escribia en el blog, os pido perdon, pero es que es muy intenso el trabajo que he estado realizando en la Escuela y ademas ahora tengo varios atletas jovenes y dedico mucho tiempo a ellos. Un dia lei un articulo de un gran entrenador que decia que la mejor planificación es la de estar cada dia con los atletas en su entrenamiento y observarles para personalizar al maximo sus entrenamientos. Que razon tiene......
A continuación os dejo el youtube de una carrera donde compìto (1985) con Jose manuel Abascal, Jose luis Gonzalez, Teofilo Benito, etc.


ALBERTO SALAZAR

24 de abril de 2012




Desde 1980 hasta 1982, Salazar ganó tres veces consecutivas Maratones de Nueva York. Su primer maratón, la carrera de 1980 en Nueva York City, resultó en una victoria con 2:09:41, a la vez el mejor debut en Estados Unidos y el segundo mejor tiempo registrado por un corredor de EE.UU. (por detrás de Bill Rodgers 2:09:27 en Boston en 1979). En 1981, Salazar estableció un aparente récord del mundo en el Maratón de Nueva York con 2:08:13, superando la marca de 12 años de antigüedad, de 2:08:33 establecida por el australiano Derek Clayton en 1969 en Amberes, Bélgica. Sin embargo, en una nueva medición, se encontró que el recorrido estaba unos 148 metros por debajo de los 42,195 kilómetros de distancia. Esto es equivalente a cerca de 27 segundos.


En 1982 ganó su primera y única maratón de Boston, luego del famoso “Duelo al sol”, contra Dick Beardsley. Salazar ganó la carrera en un emocionante sprint final y se derrumbó al terminar, antes de ser llevado a una sala de emergencia y recibir 6 litros de agua por vía intravenosa debido a que no había bebido durante la carrera. Salazar terminó el año el puesto # 1 en el mundo en maratón Track & Field News por su victorias en Boston y Nueva York, # 1 en el ránking de ruta de los Estados Unidos de Norte América por su victoria en los 10K con récord de 28:04 en el Orange Bowl y su récord de 31: 53 en la carrera de ruta altamente competitiva de 7,1 millas de Falmouth (11,4 km) (su segunda victoria y récord allí), # 8 en el mundo (y # 1 de América con un récord estadounidense de 13:11.93) en los 5.000 metros, y # 2 en el mundo en los 10.000 metros, con tres segundos puestos en Eugene (27:30.0), en Oslo, con récord estadounidense de 27:25.61, y en París (27:29.06).

El declive competitivo de Salazar, a menudo se atribuye a un reportado colapso después de la Maratón de Boston de 1982 (su famoso “Duelo al sol”, con Dick Beardsley), tras lo cual su rendimiento atlético disminuyó gradualmente hasta el punto en el que apenas podía correr. Salazar relata haber caído en una forma de pensar “más es mejor” que lo llevó a creer que si 120 millas por semana (190 km) habían redituado un cierto nivel de éxito, entonces 180 millas (290 km) o incluso 200 millas (320 km) traerían aún mejores resultados. Este régimen intenso y agotador de distancias tan largas condujo en última instancia a un colapso de su sistema inmunológico, y se encontró frecuentemente enfermo, lesionado, y por otra parte no puedo continuar con el entrenamiento. La espiral descendente de su carrera de maratón culminó con su decepcionante décimo quinto lugar en los Juegos Olímpicos de 1984. La historia de la victoria de Salazar en 1982 en el maratón de Boston y su posterior declive competitivo se cuenta en “Duelo al Sol”, un libro de John Brant.

Después de varios años de inactividad, en 1994, Salazar ganó el prestigioso Comrades Marathon de 90 km (56 millas). Salazar dijo que la fluoxetina (Prozac) desempeñó un papel en motivarlo a tener éxito de nuevo en el atletismo profesional a correr de nuevo; el efecto real de la droga en su rendimiento sigue siendo controvertido.

Salazar es una de esas personas que han vivido (al menos parte de su vida) sin contentarse con ir por el carril lento. Como tantas otras personas (o personalidades para mejor decir) puso un empeño sin límites y casi desesperado al ir tras sus objetivos. Se da mucho en el arte, pero también en el deporte donde pasa quizás un poco más desapercibido.

Salazar quedó en la historia del atletismo no solo por sus marcas ni sus logros, sino por su épica. Sus corridas heroicas, su afán en la victoria, su personalidad, lo acercan y lo ubican en paralelo al enorme Steve Prefontaine, quien no solamente fue uno de los mejores fondistas de EE.UU de todos los tiempos, sino un “rocker” en su manera de correr y vivir (o morir), compitiendo siempre al límite y falleciendo de manera aciaga en un accidente de tráfico a los 24 años.

La vida de Salazar fue una vida de excesos, desplomándose bajo un calor de 41° y recibiendo la extremaunción. No bebiendo líquido durante toda un maratón, quizás para no perder un segundo de carrera. Corriendo 10 kilómetros mientras se encontraba enfermo de bronquitis. Subiendo el kilometraje semanal a niveles de hasta 320 kilómetros. “Descansando” después de cada maratón con semanas de 100 kilómetros. Volviendo a la actividad bajos los efectos del antidepresivo Prozac.

Pagó los excesos. Quizás con su golpe más duro en el fracaso en su propia casa en los JJ.OO de Los Ángeles, EE.UU. Me lo imagino corriendo por esas calles como un hombre ya sin fuerzas en su interior, incapaz de empujarse hacia los primeros puestos, sufriendo más por esta completa imposibilidad de esforzarse que por el dolor mismo. Pagó también los excesos con las marcas que estos dejaron en su salud: su malherido corazón, la depresión.

El nombre del entrenamiento presentado arriba y el título de esta pieza juegan ahora. Salazar fue un “especial”. Fue un Filípedes corriendo siempre hacia una imaginaria Atenas. Un atleta con la determinación a darlo todo de sí. Ese determinismo que resulta más fatal en las carreras atléticas que en tantos otros deportes en los que el factor suerte tiene un papel más presencial. Y es fatal porque Salazar elige, no el modo en que va a ganar, sino el modo en que va a perder. Y esta es la mayor grandeza y belleza que el deporte puede brindar. Es así que en forma trágica elige no el modo en que va a vivir, sino en el que va a morir. Porque en última instancia ese es nuestro destino final.

¿Cómo vivir la vida? ¿Encendiendo un enorme fuego que se extingue de prisa o con una pequeña llama que dura más, pero que también pasa más desapercibida?

Salazar eligió el gran fuego.

Nota: Extraido del articulo "Alberto Salazar a Tres Voces" de  Juan Ignacio Arenillas publicado en la web Entrenamientotal.




WALTER BONATTI

16 de septiembre de 2011


Ayer murió uno de los mas grandes alpinistas del mundo,Walter Bonatti. Este Post es un pequeño homenaje a esta gran persona.He aqui algunas de sus maximas.

“Lo imposible y lo desconocido son dimensiones de la montaña, no deberíamos suprimirlas. Lo imposible, para que tenga sentido, debe ser vencido, no destruido. Son la mente recta y el corazón firme los que llevan lejos, no sólo la fuerza atlética. Tampoco hay que hacer nada heroico. Heroico, en todo caso, es seguir siendo uno mismo y mantenerse íntegro”.

Sebastián Álvaro (integrante de “Al filo de lo imposible”). Hace dos años, en la última entrevista que le hice, me confesó que hoy no sería alpinista, porque tras la proliferación de medios y botellas de oxígeno se escondía "la muerte del escalador. No es un hecho sólo material, es psicológico. Los alpinistas de hoy viven su propio tiempo, perfecto para ellos. Pero no han conocido la dimensión del alpinismo clásico. Soy hombre de otros tiempos y prefiero estar en ellos. Antes se medía al alpinista por su capacidad de sufrimiento. Si conseguías pasar, te habías superado, y, si no, reconocías tus limitaciones y volvías a intentarlo. Ahora no existe eso. Sólo el triunfo, falso, y la gloria, que no valen nada. ¿Y al final qué has conquistado? Has subido sólo una roca, pero no has conquistado tus límites, no has conquistado nada, no has superado lo imposible, ni sientes la fascinación por la superación de lo imposible"


SIEMPRE MAS ALTO, MAS DIFICIL, MAS LEJOS.